
Ya de regreso de México, con la energía renovada, os quiero compartir algunos pensamientos en los que me he entretenido en las muchas horas de avión y aeropuerto….
- Las personas que se inscriben en mis talleres de juego, movimiento y expresión, en cualquier formato que les dé, describen su sentir, antes de empezar, con alguna de estas palabras: curiosas, inquietas, con vergüenza, con miedo, ilusionadas, a la expectativa, no sé, nerviosas, cansadas, con pereza, con ganas…
- Durante el taller, todas las personas adultas, de todos los lugares en los que he estado, cuando se ponen voluntariamente a jugar y moverse, sonríen, se miran a los ojos y entran en contacto, piel con piel…
- Cuando finalizan las sesiones se sienten relajadas, queridas, despeinadas, aligeradas, sorprendidas, felices, contentas, descansadas, plenas, vibrantes, con los ojos más abiertos y el corazón ablandado.
¿Será que algo tan básico como permitir lo instintivo y primario, la mirada, el contacto, la expresión emocional, es clave para nuestro bienestar?
Yo no tengo dudas, en cada encuentro en el que el juego, el movimiento y la música intervienen, algo hermoso y genuino de las personas aflora y nos genera bienestar…
¿Y tú, qué opinas?
De entrada ya te digo que me siento profundamente agradecida a TODO, por poder desarrollar estas prácticas, por poder acompañar a las personas que confían en mí y por seguir nutriéndome con ellas.
Escribir comentario